VI Domingo de Pascua (ciclo A)
Le pediré al Padre que os dé otro Paráclito
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Y yo le pediré al Padre que os dé otro Paráclito, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque mora con vosotros y está en vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré a vosotros. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí y yo en vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; y el que me ama será amado por mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Juan 14, 15‑21
Comentario de Antonio J. Guerra
Hch 8,5-8.14-17; Sal 65; 1Pe 3,15-18; Jn 14,15-21
Se acerca Pentecostés y la liturgia de la palabra ayuda a fijar la atención en el Espíritu Santo. Dios quiere hacer una nueva alianza con los hombres para tener una unión más íntima y verdadera con ellos y lo llevará a cabo con su Espíritu. Jesús es el que anuncia que vendrá el Espíritu-Paráclito para alentar a la comunidad que se sentirá huérfana sin su Señor. El Verbo de Dios al encarnarse asume la realidad humana para transformar la muerte en camino de alianza con Dios, en camino de redención y de unión del hombre con Dios. Por esto, Jesús tiene que irse, para posibilitar esa alianza que Dios quiere hacer con los hombres. Sin embargo, su ida genera una nueva presencia entre los que son de Jesús, porque él mismo dice: “yo sigo viviendo”. Será el mismo Jesús el que afirme que los suyos están capacitados para conocer este Espíritu que los conducirá a la Verdad que Dios quiere revelar a la humanidad. Este Espíritu guiará a los hombres a la plena intimidad con Dios haciendo presente a Jesús Resucitado en medio de los creyentes. La prueba de esta intimidad es el amor hecho obra: si de verdad amamos a alguien, deseamos su bien y hacer lo que ella desea, “si me amáis, guardaréis mis mandamientos”. El Espíritu Santo nos ayudará a observar los mandamientos de amor que nos dio Jesús, nos brinda un impulso interior para hacer lo que agrada a Dios y a Jesús. La intimidad se materializará en la unión con Cristo, con el Padre y con el Espíritu, unión con todos los creyentes: “amaos unos a otros como yo os he amado”.
Para profundizar:
- ¿Por qué el amor hacia Jesús se demuestra en el cumplimiento de sus mandamientos?
- El Paráclito era un término usado en el vocabulario forense, algo así como el “abogado defensor” y en el derecho judío correspondía al “testigo a favor”.
- “Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo”, ¿cómo hacer para reconocer a Jesucristo vivo?