Virgen de la Merced, Virgen de la liberación
Septiembre es vuelta, es comienzo, es un nuevo empezar. La carta de nuestro Arzobispo nos dice que “iniciamos este curso pastoral de manos de la Santísima Virgen”. Ciertamente Septiembre es un mes mariano por excelencia. Hemos celebrado la Natividad de Nuestra Señora que bajo tantas advocaciones se celebra en toda nuestra geografía. Y por lo que a mí me toca, como onubense, es la Virgen de la Cinta, y como mercedaria, celebraremos a Nuestra Santísima Madre de la Merced.
Decir Merced es decir donación, gracia, liberación, misericordia, amor hasta dar la vida, que es el cuarto voto mercedario. La liberación del cautivo no es algo histórico de hace ocho siglos, cuando Nolasco, por mandato de la Virgen, funda la Orden Mercedaria para liberación de cautivos. También hoy necesitamos liberarnos y liberar de tantas esclavitudes y faltas de libertad manifestadas en muy diversas formas.
El anhelo de libertad es el valor más grande que todos buscamos. Quizás lo importante es descubrir la verdadera libertad, la libertad de los hijos de Dios, la libertad para amar, para liberarnos de todo egoísmo, para entregarnos a los demás.
La Virgen María fue libre de toda esclavitud interior y así fue la “esclava del Señor”, porque se entregó totalmente al plan de amor de Dios, que es el verdadero plan liberador.
A todos nosotros también, Dios nos llama a un testimonio valiente de una evangelización que humaniza y libera para ir creando una cultura de vida, de esperanza, de comunión y solidaridad hacia los esclavos de hoy, que son los que carecen de los bienes de la fe y de los bienes necesarios para una vida digna.
Ser signo de merced y misericordia para la humanidad es ir haciendo presencias liberadoras allí donde estemos, porque nuestro mundo lo necesita. Haciendo caminos de no violencia, de reconciliación, de paz ante los grandes desafíos de hoy: las guerras y todo tipo de violencia, las migraciones, el hambre, la destrucción del medio ambiente, la pérdida progresiva de los valores, son algunas de las esclavitudes actuales.
La Beata Margarita Mª Maturana, mi fundadora, nos dice “esto es lo que el Señor pide de ti, solo esto: actuar con justicia, amar con ternura y caminar humildemente de la mano de tu Dios”.
Que la Santísima Virgen de la Merced nos invite a vivir en el nuevo cuso con alegría y esperanza. Que nos ayude a liberarnos para poder nosotros liberar.
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