VOLVER A EMPEZAR
Con ese título obtuvo José Luis Garci el Oscar a la mejor película extranjera en 1982. Pero no voy a hablar de cine, sino del año que acaba de empezar. Realmente no deja de ser un convencionalismo eso de que cada día 1 de enero se determine el comienzo de año, circunstancia que solemos aprovechar para elaborar un catálogo de buenos propósitos: dejar de fumar, aprender inglés, empezar a hacer dieta,…
Las hermandades – algunas con una historia centenaria- no son ajenas a esta corriente de buenos propósitos. La llegada del año nuevo es una ocasión más de renovar su fidelidad a las Reglas y a los fines que éstas recogen.
Pero las hermandades no tienen vida por sí mismas, sino la de los hermanos que las integran. Los compromisos de fidelidad no han de ser, por tanto, de las hermandades, sino de cada uno de los hermanos en el cumplimiento firme y constante de esos compromisos libremente adquiridos al jurar el cumplimiento de las Reglas. Una promesa de fidelidad que se renueva cada año en la Función Principal y que, ahora, al comenzar el año, es buen momento para refrescar.
La fidelidad de las hermandades se asienta en la lealtad y en la perseverancia de sus hermanos. Lealtad que supone no sólo la aceptación de los vínculos derivados de su adhesión a la Hermandad, sino también poner los medios para protegerlos y reforzarlos. La perseverancia en la decisión, por su parte, implica llevar a cabo todo lo necesario para alcanzar lo decidido, aunque surjan dificultades o aunque disminuya el entusiasmo inicial por el paso del tiempo.
Pero de poco serviría el juramento de fidelidad a las Reglas si las Juntas de Gobierno no se esforzaran en poner los medios para ayudar a los hermanos a perseverar lealmente en esa decisión, en el convencimiento de que la fidelidad de la Hermandad es la suma de la de cada hermano. Sin duda las hermandades vienen dando una importante lección de fidelidad, lealtad y perseverancia durante siglos, como decimos; pero no es prudente acostumbrarse. El comienzo de año es una ocasión excelente para que cada hermano renueve ante sus sagrados titulares, en la intimidad de su corazón, su compromiso de fidelidad a la Hermandad, y con ella a la Iglesia.
Fidelidad que se abre a la esperanza al comenzar un nuevo año, que deseo lleno de ilusión para todos.
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